Cada vez que me hago la pregunta de que hay que especializarse vuela mi imaginación.
¿A dónde podría llegar realmente un negocio si redujera sus servicios? ¿Hasta qué punto sería rentable? ¿Qué fuerza tendría sobre las demás opciones?
Hoy este no será un post moralizador como acostumbro a escribir. Jajajaja. Hoy toca ejercitar la mente. Voy a especializar tres negocios.
Especializar a una fotógrafa y sus fotografías
Y empiezo por el mío. El de la fotografía de recién nacidos, niños y futuras mamás. ¿Qué estrategia debería tomar de cara al futuro? ¿El sector está suficientemente maduro como para prescindir de alguno de mis servicios?
Del análisis del tráfico de mi web, de mis redes sociales y de mi facturación tengo una idea bastante clara de lo que más demanda la gente. De hecho, si la evolución es proporcional como hasta la fecha, debería poder ir deshaciéndome de alguno en poco tiempo.
De hecho, yo tengo mi preferencia por uno de ellos, pero… ¡voy a ser un poco mala! ¿Seré únicamente fotógrafa de recién nacidos? ¿De embarazadas? ¿Puede que de niños? ¡Qué intriga! Continúa siguiendo mi trabajo a ver si percibes cómo va evolucionando.
Especializar a una artesana y sus peluches
Como segundo experimento, se me ocurre un negocio de alguien que sea muy manitas, que haga trabajos de ganchillo u otra técnica y que prepare peluches por encargo. Un poco de todo. Superhéroes, animalitos, personajes de dibujos animados… lo que le van pidiendo.
Vale que pueda pensar que al hacer más variedades vaya a captar más clientes, pero… ¿cómo le iría si solo hiciera peluches muy especiales y de mucha calidad para bebés? ¿O muñecas para regalar en un primer cumpleaños o un bautizo?
¿Acaso no hay suficientes niños y niñas en el mundo para que este sector tan concreto deje un sueldín a quién lo trabaje? Quiero pensar que sí.
Especializar a una diseñadora y su ropa
Y para terminar, me imagino a una mamá emprendedora con mucha imaginación y estilo, que tiene su propia firma de ropa infantil y que vende por internet con bastante éxito. ¿Cómo debería plantear su futuro?
Voy a atreverme a resumirlo aunque, sin duda, es un negocio ya muy especializado. Se dirige a un público muy concreto y con un trabajo único y propio.
¿Podría acabar siendo una firma de baberos supercuquis que acaben colgados en un corner de El Corte Inglés? ¿O tal vez de camisetas? ¿Puede que de vestidos?
Sin lugar a dudas, cada uno de estos ejemplos necesita de un análisis muy concienzudo para poder hacer cambios de rumbo en la hoja de ruta que te comenté en otro de mis posts. Ver cómo evolucionan las ventas, si le afecta la estacionalidad, etc.
Pero imaginarme qué podría ser de ellos en un futuro no muy lejano me pareció un ejercicio muy entretenido para explicarte que, sí o sí, hay que especializarse. Esta idea sigue en la línea de que estarás diciendo a tus clientes que te dedicas simple, y especialmente, a eso.