Hoy voy a hablarte de mi entrevista para el periódico. Pero no voy a insistir en lo que en él se publicó. La periodista Tania Cascudo, que escribe para La Nueva España, lo dejó todo muy bien claro en su artículo del pasado 15 de marzo sobre El baby boom fotográfico.
Con el buen tono que le caracteriza consiguió «atrapar» durante unos minutos a muchas asturianas, tiempo que se tarda en leer el texto entero, y generarles la curiosidad suficiente para que se interesaran por mis servicios.
Ella también es mamá emprendedora, lleva unos cuantos años de oficio y este pequeño y humilde post va dedicado a ella. Espero que sepa perdonar mis imperfecciones literarias.
Cuando te llaman para una entrevista para el periódico
¡Bombazo! Es lo que pensé después de colgar el teléfono. ¡El periódico quiere hacerme una entrevista para cubrir una de sus páginas a nivel autonómico! Se lo dije a mis padres, a mi marido, a mis hijas, a mis amigas… y me dieron ganas de lanzar un cohete al espacio arrastrando un cartel muy grande donde ponga: Me han llamado del periódico.
Todavía soy muy tradicional. Con las redes sociales se llega a muchísima gente, pero salir en prensa da la sensación de que tiene un plus. Pero tuve que sosegarme. Siempre hay que pasar un filtro y crucé los dedos para que ninguna noticia de «alcance» me relegara al cajón de los olvidados.
Preparando un pequeño guión
Me pareció casi un examen. Repasé toda mi trayectoria para que, a la hora de las preguntas, todo fluyera y no se me quedara nada en el tintero. Hice anotaciones en un papel, puse flechas en esas anotaciones con más anotaciones y así hasta que se me acabó el folio.
Luego lo repasé y aún escribí una segunda hoja de papel. Me acordé de mis profes, de mis compañeros, de todas las horas de esfuerzo, de la paciencia de mi familia y, por supuesto, de mi bebés y niños.
Comienza la entrevista
Por fin llegó el día. Todo se desarrolló con mucha naturalidad. Mantuvimos una conversación muy agradable sobre cosas triviales. Los niños, el tiempo y la vida en general. Y sin que me diera cuenta, llevaba contestadas varias preguntas.
¡Qué habilidad! Ahí me di cuenta de que el guión no sirvió para nada y de que la entrevista se desarrolló como una conversación normal y corriente. Eso sí, ella me llevó en todo momento por donde quiso y no paró de tomar notas y más notas.
Esperando al día de la publicación
En cierto modo, desde que todo pasó, fue lo que menos me preocupó. El que finalmente saliera o no en la prensa, que lo hiciera un sábado o un jueves, en una página completa o en una pequeña columna junto a un mega anuncio de Apple… ¡no me importó!
Lo importante fue saber que alguien, aunque solo fuera una persona, creyó que merecía que la gente conociera mi historia. Mil gracias.