Llevo ya unas semanas contándote cosas acerca de mi experiencia y no podía continuar sin escribir sobre, lo que yo llamo, el descanso de la emprendedora.
Según lo que te he ido escribiendo, parece que para «hacer volar» tu ideas hay que crear, experimentar, investigar… y otros tantos infinitivos. Pero hay uno fundamental que está por encima del resto y que será el que más te haga prosperar: PARAR. Te lo he puesto en mayúsculas para que te quede grabado a fuego.
¿Alguna vez te has ido al sofá con tu smartphone para seguir brujuleando nuevos modelos de ropa? ¿Durante la comida le has comentado a tu pareja que has dado con un nuevo centro floral para la entrante temporada de bodas? ¿Te has llevado la tablet a la cama para seguir inspirándote para tus nuevos productos handmade? Esto parece la teletienda, pero podría hacer una lista interminable de preguntas y, a casi todas, responderías sí. Así que, hoy te cuento tres formas de desconectar.
Bloquea huecos para tus descansos diarios en el calendario
¡Ah! ¿Que no tienes calendario? ¡Pues ya tengo otro post para escribir!
Efectivamente, cuando tienes un calendario en el que marcas tu rutina diaria (hacer sesión de fotos, revelar, contestar mails, escribir posts, atender redes sociales…), debes guardar y bloquear, como una cita más, tu descanso. De esta manera, interiorizarás que lo que debes hacer es, únicamente, desconectar y descansar.
Uno de mis descansos marcados en el calendario es el cafetín de la mañana. A veces sola, otras con mi marido… y, a partir de hoy, incluiré también a alguna amiga. Leo el periódico (el tradicional, el de papel), hablamos de la vida, fantaseamos con las vacaciones…
Establece zonas libres de wifi en tu casa
Tu mente es como un músculo y, si lo mantienes 24 horas funcionando, acabará sobrecargándose. Esa situación de agotamiento mental te llevará a comportamientos malhumorados, pensamientos negativos y pocas cosas buenas más.
Hoy en día, las redes sociales te darán visibilidad desde cualquier lugar del mundo. Son una grandísima herramienta para los emprendedores. Da igual lo pequeño que sea tu negocio o lo minúsculo que sea tu pueblo. Gracias a ellas te verán. Pero también es verdad que te generarán una dependencia brutal. Si ya lo hacen con el propio ocio, imagínate con un negocio…
Por eso, acota tu casa. Yo trabajo en mi domicilio y establezco «zonas libres de wifi». Esto es técnicamente es imposible, pero desde hace un tiempo, el salón, la cocina y el dormitorio de mi vivienda son lugares prohibidos para el móvil. Me leo un libro, veo la tele, juego con mis niñas o, simplemente, hablo.
¡Muévete!
Baila, camina, haz deporte… ¡lo que se te ocurra! Y cuanta más atención requiera mejor. Todos tus esfuerzos se centrarán en hacer bien los giros, en no perder el paso, en no bajar el pulso. Esto será la desconexión total a tu rutina emprendedora.
Yo llevo unos meses bailando, me lo paso en grande y cuento los días de la semana para asistir a mi particular «Dirty Dancing». Y lo mejor de todo: cuando termino, me doy cuenta de que no he pensado en nada; ni en pedidos pendientes, ni en impuestos por pagar, ni en viajes de formación por organizar… ¡nada!
Este es mi método. Puede que te ayude y que te dé ideas para organizar el tuyo. Recuerda que parar y descansar es un eslabón más del trabajo diario que no debes dejar pasar. Es el descanso de la emprendedora y te dará un gran impulso para continuar.