Ya te lo prometí en mi post sobre El Descanso de la Emprendedora. Así que… ¡toca organizarse! Te cuento cómo hacer un calendario y, sobre todo, cómo cumplirlo.
Si ya estás emprendiendo te habrás dado cuenta de que aquí ya no hay horarios, de que la vida personal se mezcla con la profesional, de que ya no sacas tiempo para leer un libro… ¡stop! Has entrado en una espiral que te puede llevar a la «autodestrucción». Así que, coge papel y lápiz, hoy empiezas a definir tu calendario.
Cómo hacer un calendario
En mi caso en particular, condiciono mi calendario al horario de entrada y salida del cole de mi hijas y del trabajo de mi marido. Es uno de los beneficios del autoempleo, ¡conciliación al 200%!, así que hay que sacarle provecho. De esta manera, desayunamos, comemos y cenamos juntos.
Busca tu conciliación y, por otro lado, marca tu jornada laboral diaria. Ocho, nueve, diez horas… ¡tira por lo bajo! Es mejor marcarse objetivos asequibles, cumplirlos y, con el tiempo, ir subiendo la exigencia.
Bloquea tus descansos
Con estos dos elementos ya tienes la «columna vertebral» de tu calendario. Sobre ella debes empezar por marcar tus descansos.
Bloquea una hora para el desayuno, para el café de media mañana, para dar un paseo (esto, si no haces deporte, ¡obligatorio 1 h diaria!) e, incluso, un rato para pensar. Esto no te ocupará más de 3 horas en el día y es fundamental para que puedas evolucionar.
Si trabajas, trabaja
Una vez que tienes los descansos marcados en tu calendario, es hora de que coloques las horas productivas, las de trabajo.
Unas horas de mañana, otras de tarde, ya verás si tienes que hacer alguna de noche…, pero sobre todo, no hagas otra cosa: trabaja. Y con esto me refiero a que lo hagas de verdad. No vale que estés delante del ordenador y, entre pedido y pedido, se te vaya el ojo al Facebook.
¡Es una verdadera sangría de horas mensuales! Déjalo para tu tiempo de descanso y, si necesitas manejar las redes sociales para promocionar tu negocio, reserva un hueco en el calendario para dedicarte en exclusiva a ello.
Diferencia y distribuye las tareas
Esto ya debes hacerlo dentro de las horas que hayas marcado como de trabajo. Consiste en separar las actividades de tu trabajo en, como digo yo, «tareas que tengo que hacer» y «tareas que hay que hacer».
Se entiende, ¿no? Pues te cuento. Las «tareas que tengo que hacer» son las que están por ahí pululando en tu cabeza, pero que pueden esperar: buscar un proveedor nuevo, organizar la mesa del ordenador o actualizar las fotos de tus productos superchulis. Y las «tareas que hay que hacer» son las que no pueden esperar, las urgentes: contestar correos de los clientes, preparar un pedido, hacer los impuestos…
Puede que creas que te he puesto este apartado para que no te olvides de hacer estas últimas, las urgentes. Pero en realidad, esto va de que no dejes de lado las primeras, las que tienes que hacer; quedan siempre en un segundo plano y pueden llevar, discretamente, tu negocio al traste. Así que… ¡dedícales un poquito todos los días!
Esta es mi manera de cómo hacer un calendario, de organizarme el día, la semana, el mes y, en definitiva, la vida. Espero que te haya ayudado y si quieres preguntarme alguna cosita… ¡no dudes en mandarme un mensaje! Ahora ya sabes que en mi calendario tengo un hueco reservado para contestarte.